Visión

La neuroarquitectura y su aplicación al diseño del espacio de trabajo

Cómo los espacios pueden afectar a nuestro cerebro y qué implicancias tienen en nuestro comportamiento y nuestro estado emocional

02 de noviembre de 2021

La neuro-arquitectura es la fusión entre la arquitectura y la neurociencia, que es el estudio integral del sistema nervioso teniendo en cuenta su comportamiento, sus funciones y su estructura para poder entender sus conductas y sus procesos cognitivos. El objetivo de esta disciplina es tratar de entender cómo los espacios pueden afectar a nuestro cerebro y con base en eso, qué implicancias tienen en nuestro comportamiento y nuestro estado emocional. La neuroarquitectura asume que el entorno tiene una influencia directa en los patrones de funcionamiento del cerebro más primitivos, que son los que no se encuentran bajo el control de nuestra percepción consciente.

Su objetivo es diseñar espacios, no sólo a partir de la intuición, sino utilizando también evidencia sólida basada en conocimiento.

¿En qué consisten los estudios para generar esta base sólida de conocimiento?

Se puede medir la reacción de las personas con base en la actividad cardíaca (desde un aspecto neurofisiológico) y a través de un electroencefalograma (desde el aspecto de actividad cerebral). Un ejemplo puede ser la utilización de pulseras para medir el nivel de sudoración, sensores corporales que miden el ritmo cardíaco, temperatura corporal, conductividad de la piel, medición de las ondas cerebrales, movimientos oculares o cuestionarios realizados por profesionales de la salud mental.

La tecnología por supuesto facilita mucho el trabajo. Una herramienta clave es la realidad virtual. De esa forma uno puede situarse en distintos escenarios, o en un mismo escenario con distintas características: magnitud y dimensiones, colores, presencia de vegetación, y así llevar a cabo las mediciones.

¿Cómo se puede aplicar la neuroarquitectura en la industria corporativa?

Si nos referimos al diseño de oficinas, es importante en primer lugar detectar cuál es la característica a resaltar en cada uno de los espacios, dependiendo de su función. Y así entender qué comportamientos, emociones o actividades queremos propiciar.

Para poder comprender esto: en un Focus room o en un Phone booth vamos a aspirar a la concentración, la calma de la mente, a evitar distracciones y estímulos externos. En la cafetería o en un comedor, vamos a buscar la interacción, el contacto, la espontaneidad o el encuentro mientras que en una sala de lactancia vamos a buscar intimidad, calma, privacidad. Pero también vamos a tener espacios de trabajo colaborativo, en donde va a prevalecer la creatividad y la interacción. Allí se van a buscar ámbitos más descontracturados.

Alguna de las variables a tener en cuenta para pasar del diseño de espacios al diseño de experiencias:

Presencia de naturaleza y vistas exteriores 

Luego de múltiples estudios se llegó a conclusiones como: la inclusión de naturaleza en los espacios relaja a la mente. La simple presencia en interiores (pueden ser plantas o materiales naturales como la madera, la piedra, agua) o mismo la cercanía al poder verla a través de una ventana, puede bajar sustancialmente los niveles de ansiedad y de estrés. Incluso contribuye a aumentar la creatividad y el nivel de productividad de los empleados. En el ámbito de la salud, se probó en distintos países que los pacientes que se encuentran dentro de hospitales con vistas a la naturaleza o incluso hacia la ciudad se recuperan y son dados de alta con más rapidez que los que se encuentran en cuartos internos rodeados de paredes sin ventanas.

Cronobiología y ritmos circadianos

La luz solar es fundamental para la correcta regulación del sistema inmune y endocrino. La clave se encuentra en poder estar expuestos a la luz natural a lo largo del día y de las distintas estaciones del año. Su falta deriva en alteraciones del sueño, fatiga, falta de concentración, depresión y estrés. De esta forma, la luz artificial y natural se convierte en una variable más de diseño, ya que su intensidad o su temperatura de color también afecta la conducta y el humor de las personas. Las luces más frías tienen un efecto de estimulación y las más cálidas relajan. En ambos casos, las altas intensidades promueven un aumento en la actividad y las bajas intensidades inducen a la relajación y al descanso.

Altura de los cielorrasos

Otra conclusión interesante es que la altura de los cielorrasos puede afectar también el comportamiento y la capacidad de resolución de problemas, propiciando distintos tipos de procesos mentales. Se demostró que los cielorrasos altos propician las actividades creativas, artísticas y la imaginación, pero cuando se trata de actividades de mucha concentración, cálculos o trabajos muy rutinarios, funcionan mejor los cielorrasos bajos.

Ruido

El ruido es uno de los factores que primero se nos viene a la mente cuando uno piensa en un ambiente laboral. Es una de las principales causas de distracción y el culpable de la disminución de los niveles de productividad, el aumento del estrés y el descontento profesional. El ruido puede alterar nuestra capacidad de razonar, de retener información y de concentración.

Morfología, materiales y geometrías

A la hora de materializar los espacios de trabajo, las formas y los materiales pueden ser también disparadores de distintos procesos mentales. La abundancia de superficies duras produce un eco de las ondas sonoras y eso causa estrés. Estudios indican que el ser humano prefiere curvas y líneas suaves ya que, de forma instintiva, se sienten amenazados con objetos filosos. Los ángulos muy agudos propician un estado de alerta.

Proxémica y contacto visual

La proxémica es la disciplina que estudia la relación espacial de los individuos consigo mismos y con otras personas. De esta forma, es fundamental crear una buena regulación de la distancia social interpersonal dentro de las oficinas dependiendo del uso y del grado de privacidad de cada uno de los espacios. Por otro lado, el contacto visual es la base de las conexiones humanas tanto de forma biológica y cultural. Mirarse a la cara nos ayuda a la mejor interpretación de los mensajes y de esta forma la distribución del equipamiento, y el planeamiento de las oficinas puede ayudar a maximizar o minimizar las oportunidades de sociabilización.

De todas formas, es importante aclarar que la neuroarquitectura trabaja con patrones generales del funcionamiento del cerebro y que las personas son únicas debido a su influencia genética, cultural y ambiental. Esto puede devenir en que el mismo ambiente puede generar distintos efectos en las personas, por lo que es importante el análisis y la correcta comprensión del público objetivo para lograr el éxito de su aplicación en el diseño.

¿Por qué se vuelve en una herramienta de diseño tan importante?

El entorno definitivamente cambia nuestra conducta y modifica nuestro cerebro. Como se asume que hay que invertir en una alimentación, en actividad física y en pasatiempos, hay que invertir también y repensar nuestras áreas de trabajo.

Junto con la irrupción del COVID-19 llegaron los confinamientos y las restricciones de circulación. De esta forma, se puso en evidencia la importancia del diseño de nuestros entornos más cercanos, y lo difícil que resulta permanecer tanto tiempo en el mismo espacio.

El ser humano es emocional y cada vez que ingresa en un espacio, reacciona dependiendo de sus características. Pasamos el 89 % del tiempo en espacios interiores y el 30 % de los determinantes de nuestra salud y nuestro bienestar corresponde al impacto psicológico de cómo estén diseñados. Esto vuelve indispensable que los lugares en donde vivimos y trabajamos estén a la altura y contribuyan a una experiencia sensorial rica.