ESG: Una oportunidad para regenerar y revitalizar la industria del real estate
La crisis climática más los esfuerzos para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal y los entornos de trabajo saludables han puesto a ESG en el centro de la escena.
En los últimos años, como resultado de la pandemia y la crisis climática, las empresas intensificaron sus esfuerzos para mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal, así como también la creación de entornos de trabajo más saludables. Estos esfuerzos se engloban dentro de una tendencia preexistente que hoy se encuentra a la vanguardia: ESG.
¿Qué son los criterios ESG?
Los criterios ESG (según sus siglas en inglés: Environmental, Social and Governance) refieren a los factores ambientales, sociales y de gobernanza que se toman en cuenta al momento de invertir en una empresa.
Los criterios ambientales apuntan a cómo una compañía interactúa con el medio ambiente y la naturaleza. Algunos de los temas más actuales incluyen las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso y agotamiento de recursos naturales, la contaminación, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la conservación de mares y océanos, economía circular, y riesgo de desastres naturales, entre otros.
Los criterios sociales refieren a la relación entre la compañía y su entorno social (sus empleados, proveedores y clientes, e incluso con la comunidad local). Algunos ejemplos claros son: condiciones de trabajo, higiene y seguridad, relaciones laborales y diversidad de empleados, globalización o automatización e inteligencia artificial.
Los criterios de gobernanza, por su parte, tienen que ver con el manejo de las organizaciones, su cultura corporativa y la calidad de su gestión. Son aspectos estructurales como la composición, la diversidad y la responsabilidad de su directorio, sus estrategias fiscales, las medidas que toma para evitar sobornos, corrupción o lobby político, la protección legal y los derechos de accionistas, las políticas de transparencia en su información pública o sus códigos de conducta.
¿Cómo se miden?
Actualmente no hay un índice o un criterio universal para ESG, a pesar de varios intentos e iniciativas para estandarizar pautas y crear un índice común. El desafío consiste en que, por un lado, alrededor del mundo existen diferentes métodos y, por el otro, algunas problemáticas varían dependiendo del negocio. Lo que es claro y genera consenso, sin dudas, es que cuando una empresa infringe normativas, malversa información o desestima alguna de las problemáticas, existen consecuencias negativas.
Adicionalmente, ser consistente a lo largo de los años, invertir y mantener presentes estos criterios en la toma de decisiones trae beneficios medibles a nivel de performance financiera, marca, reputación, compliance y manejo del riesgo, además de volverse indispensable para la atracción y la retención de talento..
La oportunidad de crear un real estate regenerativo
Los criterios ESG están cambiando la visión del mercado tanto para inversores como ocupantes: la pandemia hizo que se analice con otro detalle el impacto que tienen los inmuebles en el bienestar y la salud de los usuarios en el entorno que los rodea. Una evidencia clara es el incremento de certificaciones que avalan el cumplimiento de los estándares mínimos respecto a las condiciones del edificio, y que actúan como una confirmación del valor agregado del inmueble.
Poniendo el foco en la “E”: Green Buildings, Net Zero Buildings y Brown Buildings
Teniendo en cuenta que la industria inmobiliaria es responsable del 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, las consideraciones ambientales tienen un protagonismo destacado, y merecen especial atención.
El World Green Building Council define a un Green Building como un edificio que a lo largo de toda su vida (desde su diseño, su construcción, su vida útil y su demolición) realiza un uso eficiente de los recursos, reduce a su impacto negativo en el ambiente y tiene la capacidad de crear impactos positivos en su entorno.